La tomografía es una herramienta esencial en el diagnóstico médico por imagen, que permite observar el interior del cuerpo humano en cortes seccionales de alta resolución. Este estudio, también conocido como tomografía computarizada o TAC, utiliza rayos X y tecnología computarizada para generar imágenes detalladas de órganos, huesos, tejidos y vasos sanguíneos. Debido a su precisión y velocidad, se emplea en múltiples especialidades médicas, desde la medicina de urgencias hasta la oncología.
Uno de los aspectos que más dudas genera entre los pacientes es la duración de una tomografía y qué pueden esperar durante su realización. Conocer el procedimiento de forma anticipada no solo reduce la ansiedad, sino que permite colaborar mejor con el equipo médico y obtener imágenes de mayor calidad.
Duración estimada de una tomografía según el tipo de estudio
El tiempo que tarda una tomografía depende de varios factores, como el área del cuerpo que se va a examinar, la necesidad de utilizar medio de contraste, el tipo de tomógrafo y la colaboración del paciente.
En promedio, una tomografía simple sin contraste puede tardar entre 5 y 15 minutos. En cambio, si se requiere medio de contraste por vía oral o intravenosa, el procedimiento puede extenderse entre 20 y 30 minutos, considerando el tiempo necesario para la preparación, administración del contraste y toma de imágenes.
La tomografía de cuerpo completo, usada en algunos protocolos oncológicos o traumatismos múltiples, puede tardar entre 30 y 45 minutos. La duración también puede aumentar en pacientes pediátricos o con movilidad reducida, ya que puede ser necesario realizar ajustes técnicos o aplicar sedación.
Es importante destacar que, aunque el estudio completo dura varios minutos, la adquisición de imágenes por parte del tomógrafo es muy rápida, y en muchos casos se completa en segundos. El tiempo adicional se relaciona principalmente con la preparación y posicionamiento del paciente.
Etapas del proceso de una tomografía
El procedimiento de una tomografía se puede dividir en distintas fases, desde la llegada al centro médico hasta la finalización del estudio. A continuación se describen los pasos más comunes:
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Registro y preparación previa
El paciente se presenta en el área de imagenología, donde se le solicita llenar un cuestionario médico. En este formulario se exploran aspectos como alergias, antecedentes clínicos, medicamentos actuales, embarazo o problemas renales. Si la tomografía requiere contraste, se pueden solicitar estudios previos de función renal. -
Ingreso a la sala de tomografía
Una vez que el paciente ha sido preparado, se le indica pasar a la sala del tomógrafo. Se le solicitará retirar objetos metálicos, como collares, relojes, aros, gafas o prótesis removibles. En algunos casos, se le proporcionará una bata hospitalaria. -
Colocación en la camilla
El paciente se acuesta en una camilla móvil que se desplazará a través del anillo del tomógrafo. El técnico en radiología posiciona al paciente según el estudio solicitado, asegurándose de que permanezca en una postura cómoda y estable. -
Administración del medio de contraste (si aplica)
En estudios que lo requieran, se procede a la aplicación del contraste yodado por vía intravenosa. Este puede provocar una sensación transitoria de calor en el cuerpo o sabor metálico en la boca. En tomografías abdominales, se puede solicitar además la ingesta oral de un contraste antes del inicio del escaneo. -
Adquisición de las imágenes
Durante el escaneo, el equipo toma múltiples imágenes desde distintos ángulos. El paciente debe permanecer completamente inmóvil. En algunos casos, se le indicará contener la respiración por unos segundos. El equipo técnico monitorea el estudio desde una cabina de control y puede comunicarse con el paciente mediante un intercomunicador. -
Finalización y salida
Una vez tomadas todas las imágenes, el procedimiento concluye. Si se administró contraste, se puede recomendar permanecer en observación durante unos minutos para descartar cualquier reacción adversa. El paciente puede retirarse por sus propios medios y continuar con sus actividades normales, salvo que el médico indique lo contrario.
Sensaciones y recomendaciones durante el estudio
La tomografía es un procedimiento indoloro. Las sensaciones que puede experimentar el paciente durante el estudio suelen ser mínimas. Si se aplica contraste intravenoso, es normal sentir un leve calor en el pecho o la garganta. Algunas personas experimentan sensación de urgencia para orinar o un sabor extraño en la boca. Estas reacciones son pasajeras y no requieren intervención médica.
Es fundamental que el paciente colabore durante el proceso manteniéndose inmóvil, ya que cualquier movimiento puede afectar la calidad de las imágenes. En estudios del tórax o abdomen, contener la respiración por pocos segundos mejora la definición y reduce la posibilidad de repetir tomas.
En pacientes con ansiedad o claustrofobia, es posible utilizar técnicas de relajación o, en casos seleccionados, sedación ligera bajo supervisión médica.
Tiempo de entrega de resultados
Una vez finalizado el estudio, las imágenes son revisadas por un médico radiólogo, quien realiza un informe detallado que será entregado al médico tratante. Dependiendo del centro médico, los resultados pueden estar disponibles en un periodo de 24 a 72 horas, aunque en casos urgentes pueden emitirse en menos tiempo.
Las imágenes se entregan en formato digital (CD, USB o portal en línea) junto con el informe escrito. En ocasiones, el paciente puede solicitar una explicación preliminar al técnico, pero la interpretación clínica definitiva debe realizarse con el especialista correspondiente.
Factores que pueden modificar la duración del procedimiento
Algunos aspectos pueden influir en que una tomografía tarde más de lo habitual:
- Dificultades técnicas, como obesidad, movimientos involuntarios o presencia de implantes metálicos.
- Necesidad de múltiples fases de imagen, como en estudios contrastados con tiempos arteriales y venosos.
- Pacientes pediátricos, que requieren sedación y monitoreo adicional.
- Urgencias médicas, donde se realizan varios estudios en una misma sesión.
El personal técnico está capacitado para adaptar el procedimiento a las necesidades de cada paciente, asegurando una experiencia segura y efectiva.
