La fluoroscopia se utiliza en muchas especialidades

La seguridad de la radiación es una preocupación para los pacientes, los médicos y el personal de muchos departamentos, incluidos los de radiología, cardiología intervencionista y cirugía. La radiación emitida durante los procedimientos fluoroscópicos es responsable de la mayor dosis de radiación para el personal médico. La radiación de las modalidades de imágenes de diagnóstico, como la tomografía computarizada, la mamografía y las imágenes nucleares, contribuyen de manera menor a las exposiciones de dosis acumuladas del personal de atención médica. Sin embargo, cualquier exposición a la radiación representa un riesgo potencial tanto para los pacientes como para los trabajadores de la salud.

La protección radiológica tiene como objetivo reducir la exposición innecesaria a la radiación con el objetivo de minimizar los efectos nocivos de la radiación ionizante. En el campo médico, la radiación ionizante se ha convertido en una herramienta ineludible utilizada para el diagnóstico y tratamiento de una variedad de condiciones médicas. A medida que ha evolucionado su uso, también lo han hecho las dosis acumulativas de radiación de por vida que reciben tanto los pacientes como los proveedores médicos. La mayor parte de la exposición a la radiación en entornos médicos surge de las imágenes fluoroscópicas, que utilizan rayos X para obtener imágenes funcionales dinámicas y cinemáticas. La capacitación formal en protección radiológica ayuda a reducir la exposición a la radiación del personal médico y los pacientes. Sin embargo, hacer cumplir las pautas de seguridad radiológica puede ser un proceso arduo, y muchos intervencionistas no reciben capacitación formal ni en residencia ni en becas sobre reducción de dosis de radiación. En particular, los médicos o el personal médico que utilizan imágenes fluoroscópicas fuera de los departamentos de radiología o intervencionista dedicados tienen poca adherencia a las pautas de seguridad radiológica. La fluoroscopia se utiliza en muchas especialidades, incluidas la ortopedia, la urología, la radiología intervencionista, la cardiología intervencionista, la cirugía vascular y la gastroenterología. A medida que la exposición a la radiación se vuelve más frecuente, será de suma importancia una comprensión profunda de los riesgos de exposición a la radiación y las técnicas de reducción de dosis.

Hay tres principios básicos de protección radiológica: justificación, optimización y limitación de dosis.

La justificación implica una apreciación de los beneficios y riesgos del uso de la radiación para procedimientos o tratamientos. Los médicos, cirujanos y el personal de radiología juegan un papel clave en la educación de los pacientes sobre los posibles efectos adversos de la exposición a la radiación. Los beneficios de la exposición deben ser bien conocidos y aceptados por la comunidad médica. A menudo, los procedimientos que exponen a los pacientes a dosis relativamente más altas de radiación (por ejemplo, procedimientos vasculares intervencionistas) son médicamente necesarios y, por lo tanto, los beneficios superan los riesgos. El principio Tan bajo como sea razonablemente posible (ALARA), definido por el código de regulaciones federales, se creó para garantizar que se hayan tomado todas las medidas para reducir la exposición a la radiación, al tiempo que se reconoce que la radiación es una parte integral del diagnóstico y tratamiento de los pacientes. Cualquier cantidad de exposición a la radiación aumentará el riesgo de efectos estocásticos, es decir, las posibilidades de desarrollar malignidad después de la exposición a la radiación. Se cree que estos efectos ocurren como un modelo lineal en el que no hay un umbral específico para predecir si la malignidad se desarrollará o no de manera confiable. Por estas razones, la comunidad radiológica enseña prácticas de protección bajo el principio ALARA.

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